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31 oct 2012

Radiografía del motociclista cordobés

Típico motociclista: joven, exhibicionista y arriesgado

Un estudio de la ONG Incose caracterizó el perfil del conductor de moto. El 65% tiene menos de 24 años y goza al enfrentar el peligro.

Típico motociclista: joven, exhibicionista y arriesgado
La estadística asusta, cualquiera que se mire. En la provincia de Córdoba, entre enero y el 24 de octubre, ya se han vendido 65.534 motos nuevas, según datos oficiales de Acara, que reúne a todos los concesionarios. De esas, 15.076 se han sumado al parque de 350 mil vehículos que circulan por la capital provincial a razón de una moto cada 3,5 habitantes.
En 2004, sólo el Hospital de Urgencias (que recibe a heridos mayores de 15 años) atendió 3.369 personas que participaron en accidentes en moto. En 2011, fueron 13.104: 289 por ciento más. Entre enero y septiembre, ya van 12.216 siniestros viales con lesionados, de los cuales el 37 por ciento quedó con tratamientos médicos de por vida, según indicó el paramédico Jorge Rumi, titular de la ONG Incose (Investigación, Concientización y Seguridad).
La entidad realizó una encuesta a 2.027 motociclistas que circulaban en el centro de la ciudad de Córdoba. Apenas el 40 por ciento llevaba casco y bien puesto, el 40 por ciento no llevaba y un 20 por ciento lo tenía, en el codo o sin abrochar.
El 65 por ciento de los motociclistas es adolescente o joven, en un rango que va de 14 a 24 años. El hecho de ser jóvenes les agrega características particulares: sobrevaloran sus habilidades y capacidades, conducen de una forma tal que generan conflictos en el tránsito y padecen de “egocentrismo adolescente” que los hace sentir invulnerables. Además, propio de la edad, son competitivos, agresivos y exhibicionistas. El hecho de no temerle al riesgo suele ser bien visto por sus pares.
“Piensan que la muerte nunca va a alcanzarlos”, resume Rumi.

26 oct 2012


El Gobierno promulgó la reforma a la ley de Riesgo del Trabajo

La iniciativa fue aprobada el miércoles en Diputados. Se elimina la "doble vía" de cobro.

DIPUTADOS. Se aprobó por mayoría la ley (DyN).

El Poder Ejecutivo promulgó la reforma de la Ley de Riesgos de Trabajo, que elimina la denominada "doble vía" y determina que el trabajador deberá optar entre la indemnización a través de la ART o recurrir a la instancia judicial.
La ley 26.773 fue aprobada el miércoles por 140 votos afirmativos del kirchnerismo, aliados y el PRO de Mauricio Macri, contra 83 negativos y la abstención del abogado laboral Héctor Recalde en la Cámara de Diputados.
La norma fue rechazada por las centrales obreras disidentes de la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, que movilizó ese día al Congreso.
La presidenta Cristina Fernández firmeó el decreto 2038 de promulgación de la norma que, con fecha de ayer, fue publicada hoy en el Boletín Oficial.
También lleva las firmas del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y del ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
La ley elimina la "doble vía" por la que se cobraba indemnización de las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART) y además se permitían reclamos de resarcimiento ante la Justicia.

21 oct 2012


Fumigaciones: debaten cambio de normas

La sentencia judicial por barrio Ituzaingó impacta en la discusión de eventuales modificaciones de las normas para aplicar agroquímicos en Córdoba. Los aplicadores tienen más temores, y los vecinos se organizan para prevenir. Debate sobre las zonas de resguardo.

Resguardo. Los municipios discuten, por ejemplo, a cuántos metros de la zona poblada se debe permitir la fumigación (La Voz).
    No fue un fallo judicial más. La sentencia que hace dos meses condenó a un productor rural y a un aeroaplicador por fumigaciones en campos pegados a barrio Ituzaingó, de Córdoba, parece plantarse como una bisagra.
    Productores y aplicadores que trabajan campos al lado de zonas urbanas empiezan a preguntarse ahora si no podrían ser denunciados también de afectar la salud de los vecinos. Y esos vecinos han sumado más aliento para reclamar que las pulverizaciones se alejen de sus narices.
    El caso de barrio Ituzaingó fue el primero en su tipo que llegó a juicio en el país. Las condenas resueltas por el tribunal no fueron sólo por considerar que se había fumigado sin acatar las normas de aplicación, sino, además, por comprometer con esa acción la salud de una población.
    Las condenas no están firmes porque fueron apeladas. Pero sí quedó firme el debate abierto sobre la regulación legal en esta materia.
    Desde 2004, rige en Córdoba la Ley de Agroquímicos 9.164. Fue un paso adelante en relación con el escenario de descontrol anterior. Pero no parece suficiente, a la luz de los reclamos que se multiplican en poblaciones linderas a campos, mientras la discusión científica sobre el impacto en la salud suma capítulos en el mundo.
    Son 17 los municipios y comunas cordobesas que ya han dictado normas propias, más restrictivas que esa ley provincial. Otras tantas las están debatiendo ahora.
    A nivel provincial, en tanto, el Gobierno no promueve por ahora cambios en la ley vigente, aunque una comisión que integran representantes del Ministerio de Agricultura, de universidades y del Colegio de Ingenieros Agrónomos está evaluando eventuales modificaciones.
    Algo cambió. “Hay un antes y un después del fallo judicial”, admite Nila Busso, presidenta del Colegio de Ingenieros Agrónomos, que tuvo un papel central en la elaboración de la ley 9.164. “Notamos que hay más inquietud de los profesionales para conocer su responsabilidad legal y, sobre todo, de los municipios por buscar más asesoramiento”, indicó Busso.
    Los agrónomos no ven bien la proliferación de restricciones municipales. “Aparecen regulaciones no coincidentes y que hasta contradicen la ley provincial. Municipios y Provincia deberían unificar criterios porque se va perdiendo seguridad jurídica”, resumió Busso.
    “Nosotros pregonamos el uso controlado y responsable de los agroquímicos, y pedimos que se cumpla y controle la ley”, remarcó.
    Sobre la posibilidad de que se modifique la ley para crear “zonas de resguardo” que impidan fumigaciones pegadas a viviendas, Busso planteó que el Colegio “está abierto al debate de alternativas”.
    El Colegio de Ingenieros Agrónomos integra el Consejo Asesor Agroquímico, junto al Ministerio de Agricultura, representantes de universidades y otros sectores, que se reúne cada mes. En ese ámbito –según Busso– se vienen analizando eventuales reformas a la ley provincial o, más posiblemente, a su reglamentación. “Es una discusión aún abierta”, indicó. Pero el fallo por Ituzaingó la aceleró.
    Los agrónomos, en general, hasta ahora pregonaban que se acentúe el control para hacer cumplir la actual ley, antes que modificarla creando zonas con restricciones. Suelen repetir que “es peor una aplicación mal hecha a dos mil metros de un barrio que una bien hecha a 150 metros”.
    Límites. Paren de Fumigar se llama la agrupación de vecinos que vienen movilizándose para reclamar más restricciones, con presencia en más de 20 localidades cordobesas. El abogado Darío Avila los asesora en materia legal.
    “El fallo de Ituzaingó representa un hito histórico. Hizo más visible la problemática y aporta ante un vacío legal que no definía cuándo hay delito y cuándo se afecta la salud y el ambiente”, señaló.
    Avila marcó que el fallo abre el camino “para que se discutan cambios en las leyes de todas las provincias”. Sostuvo que “lo mínimo es que se defina una zona de restricción alrededor de localidades y escuelas rurales, donde no se permita ninguna fumigación”. Apuntó que “ahora lo están haciendo algunas localidades por su cuenta, pero debiera ser una norma nacional”. Las agrupaciones que representa reclaman que esa restricción sea de 1.500 metros. “Con la actual ley, fumigan a metros de donde vive gente”, subrayó.
    “Cada vez aparecen más pruebas que demuestran cómo afectan a la salud los agrotóxicos. Lo que falta es que, por ejemplo, el ente nacional Senasa contemple estudios sobre los efectos crónicos, que hasta ahora no quieren considerar”, marcó.
    Desde estos sectores se plantea que el debate de fondo es “el modelo de producción agrario” vigente, sobre todo sojero, que se sostiene sobre un paquete tecnológico que combina las semillas transgénicas con el uso intensivo de agroquímicos.
    Cómo se aplica la ley
    Hace ocho años. La vigente ley provincial 9.164, sancionada en 2004, establece que no se puede fumigar con productos clase Ia, Ib y II (los de mayor riesgo toxicológico) en los 500 metros lindantes con áreas habitadas de pueblos y ciudades.
    Cerca de casa. Los clasificados como clases III y IV (de menor toxicidad, según el ente nacional Senasa) se pueden usar aun a metros de viviendas, aunque bajo ciertas condiciones. Entre ellas, que un ingeniero agrónomo matriculado elabore la receta fitosanitaria con dosis a usar, y se haga responsable de la aplicación; que el personal y la maquinaria utilizada estén habilitados; que se notifique al municipio para que este autorice la aplicación según factores climáticos como viento y otros. El glifosato, conocido por ser el más usado en el actual esquema agrícola, está en este grupo.
    Aéreo, más lejos. La misma ley prohíbe las fumigaciones aéreas de cualquier tipo en los primeros 500 metros y las que usen químicos de las tres clases de mayor riesgo a menos de 1.500 metros de pueblos y ciudades.
    Control. La ley define que el Ministerio de Agricultura es la autoridad de control. En esa cartera señalan que se labran decenas de actas de infracción por mes. La oposición cuestiona que el control es insuficiente. El sistema hace reposar parte del contralor en municipios y comunas que, en muchos casos, no tienen capacidad técnica ni estructura para hacerlo, o no muestran mucha voluntad.

    2 oct 2012


    Se reiteran accidentes por instalaciones electrificadas

    La Fundación Relevando Peligros advierte sobre el aumento de los hechos en la vía pública. La institución, a cargo de Sandra Meyer, está elaborando un proyecto de ley de seguridad eléctrica.

    El lugar del accidente. Eugenia Doniquian y su hija Victoria, quien se salvó de un golpe de electricidad (Antonio Carrizo).
    Con periodicidad ocurren accidentes en la vía pública de la ciudad de Córdoba relacionados con instalaciones eléctricas defectuosas y que suelen terminar con alguna persona electrocutada. En muchas oportunidades, estos hechos resultan con suerte (cuando hay ilesos o heridos), pero también son considerables los casos que ocasionan la muerte de quienes tocaron objetos electrificados.
    En los últimos meses se sucedieron varios accidentes por artefactos electrificados, lo cual preocupa a muchas personas y a instituciones, como la Fundación Relevando Peligros, que viene contabilizando los hechos de electrocución que ocurren en la Capital. Uno de los casos recientes involucró a una menor de 5 años, que se salvó milagrosamente de morir electrocutada (ver Una nena... ).
    La Fundación Relevando Peligros, presidida por Sandra Meyer, brega para que la provincia tenga una ley de seguridad eléctrica en la vía pública y, con ese propósito, está elaborando un proyecto que prevé presentar en la Legislatura de Córdoba más adelante.
    El proyecto, al que accedió La Voz del Interior , apunta a la prevención de accidentes vinculados con instalaciones eléctricas que pongan en riesgo a las personas que transitan por la vía pública. Busca ordenar, regular y reglamentar el quehacer eléctrico en la provincia de Córdoba, a fines de preservar la vida de las personas, los animales, los bienes y el medio ambiente.
    “No hay una ley sobre la materia y eso es lo que buscamos crear”, planteó Meyer, madre de Juan Aciar, adolescente que falleció el 24 de diciembre de 2009 en la vía pública, horas después de tocar un cesto de basura electrificado.
    Entre otras cosas, la iniciativa advierte que la calidad de las instalaciones eléctricas se viene deteriorando en los últimos años, lo cual atenta contra la seguridad de la gente. Además, sugiere “crear conciencia a través de programas educativos que aborden la seguridad y la sustentabilidad de la vía pública”.
    Propone fijar como normas técnicas para el proyecto, construcción, mantenimiento y modificación de las obras o instalaciones eléctricas, públicas, a las reglamentaciones aprobadas por la Asociación Electrotécnica Argentina (AEA) y la norma Iram, y/o las que, en adelante, dictaren estos organismos en un total acuerdo con la ley de seguridad e higiene del trabajo 19.587 y sus decretos reglamentarios. Se incluyen la red pública de distribución de media y baja tensión, y la red de alumbrado público.
    Legislación. La concejala Olga Riutort (bloque Eva Duarte) aseguró que “no hay un vacío legal” en la ciudad de Córdoba en lo atinente a seguridad eléctrica.
    En realidad, hasta 2007 no había una normativa al respecto. Ese año, se sancionó la ordenanza municipal 11.378, pero, según Riutort, ésta recién se reglamentó en 2011 por decreto 3.536 del ex intendente Daniel Giacomino.
    La concejala dijo que en 2010 el Concejo Deliberante cambió esa ordenanza por otra nueva, la 11.843. “Le quitamos el requisito de que toda instalación eléctrica deba cumplir con la reglamentación nacional de la Asociación Electrotécnica Argentina (AEA), de 2006, para no tener que modificar la ordenanza en el futuro”, indicó.
    Riutort también detalló que en el año en curso se aprobó la ordenanza 12.041, modificatoria del Código de Edificación. “Con esta normativa, se exige la presentación de una declaración jurada ante Epec para tramitar un permiso de edificación”, señaló. Esa declaración jurada debe cumplir con las normativas provinciales (ley 8.484).