En 2010 hubo 515 muertos por siniestros viales
En los últimos cuatro años, 2.127 personas murieron como consecuencia de distintos siniestros de tránsito en la provincia de Córdoba.
Una sangría silenciosa que se multiplica por decenas en dolores. Otro año que terminó enrostrándonos en la cara nuestra tragedia diaria: 515 vidas se apagaron en 2010 como consecuencia de diferentes siniestros viales ocurridos en las rutas y calles de la provincia de Córdoba (Ver listado de notas de accidentes). Una cifra enorme que debería hacernos poner el freno para pensar qué nos pasa como sociedad para que sigamos matándonos así.
Por cuarto año consecutivo, desde que La Voz del Interior decidió realizar una base de datos propia para tener estadísticas confiables, se vulnera la barrera de 500 muertos por tragedias de tránsito. Más de dos mil vidas menos desde 2007 hasta hoy. Espeluznante.
Pero para que el espanto no nos atore el análisis, mejor es detenerse para desmenuzar en qué se avanzó y en qué se retrocedió en materia de seguridad vial en el año que acaba de terminar.
Con respecto a sus antecesores, el primer dato cuántico que surge es que en 2010 murieron un poco menos de personas en relación con 2009 (522 víctimas fatales) y 2008 (577 muertos), pero un tanto más que en 2007 (513 fallecidos). Es decir, una tendencia que permanece estable.
Sin embargo, dentro de esta estadística se puede apreciar que de 2007 a esta parte han ido disminuyendo, en proporción, las tragedias en rutas, mientras que aumentaron los muertos que iban en motos y bicicletas, con una alta incidencia de la ciudad de Córdoba como escenario de tanta muerte.
En 2010 hubo 212 choques urbanos (222 muertos) y 201 en ruta (268 víctimas).
El que acaba de terminar fue un año de vaivenes. Mientras que a nivel provincial se continuó avanzado con la implementación de la Policía Caminera, los municipios han encarado pocos esfuerzos para revertir la tragedia vial. Entre los grandes ejidos urbanos, Río Cuarto y Villa María intentaron innovar alguna solución positiva, al prohibir la venta de combustible a aquellos motociclistas que circularan sin casco.
Entre otras iniciativas alentadoras que surgieron en 2010 se puede destacar la implementación en las rutas del carné por puntos. Sin embargo, se trató de una experiencia que nació renga porque su aplicación no fue consensuada con los municipios, que se negaron a incorporarlo según el reglamento elaborado por la Secretaría de Prevención de Accidentes de Tránsito de la Provincia.
Año de polémicas. Y si bien la Policía Caminera fue y es una buena idea, nunca antes desde su creación, en 2008, había tenido tantos escándalos en un año.
Su titular desde el comienzo, el comisario general Carlos Collino, dejó su puesto luego de que dos agentes murieran al chocar contra un camión en la ruta provincial 1, en jurisdicción de Brinkmann, en la fría madrugada del martes 29 de junio. Su figura, confiaron desde Jefatura, estaba muy desgastada con sus subalternos y se decidió su reemplazo para descomprimir.
A los pocos días, se conocieron cientos de quejas de conductores que decían haber sido multados en lugares por los que jamás transitaron o que aseguraban haber pagado pese a lo cual aún figuraban “en rebeldía”.
Y meses después, en la mañana del viernes 29 de octubre, la Policía Caminera escribió su peor página. Nueve personas murieron en la autopista Córdoba-Rosario, cerca de Pilar, envueltos en una trampa de tierra en suspensión. La alerta del servicio meteorológico había avisado, desde la noche anterior, que se esperaban fuertes ráfagas de viento, pero la prevención fracasó.
Un año antes, en un choque ocurrido en condiciones climáticas similares, hubo tres muertos a pocos kilómetros del lugar de esta nueva tragedia, la más luctuosa de 2010.
A los pocos días, se conoció otra noticia que envenenó a la opinión pública. Folletos con las caras, los nombres y los cargos de los ministros provinciales habían sido distribuidos entre las patrullas de la Caminera. Al difundirse la información, el gobernador Juan Schiaretti desautorizó a ministros y jefes policiales y ordenó que de inmediato se retiraran las impresiones.
Pero no todo en materia de seguridad vial se redujo a la Policía.
La Justicia también dio la nota con un insólito fallo que dictó un juez de Faltas de Santa Rosa de Calamuchita, Ricardo Gigena, para quien usar o no casco concernía a la “libertad individual” de cada uno, en un cuestionado fallo que se conoció públicamente este año a favor de dos motociclistas que habían sido multados, por no utilizarlo, en octubre de 2009.